La palabra Dios tiene una raíz común en muchos idiomas, asociada con la luz y el cielo... Todas las civilizaciones han tenido en sus lenguajes una palabra concreta para referirse a lo inconcreto, a lo desconocido, a lo que nos resulta innombrable. Y curiosamente ese anhelo de reverencia que siente el ser humano desde sus orígenes ante lo inconmensurable, siempre lo hemos asociado con unas referencias espaciales identificadas con lo de arriba, o lo alto... ¿tiene esto alguna razón de ser?
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