Los mitos egipcios refieren los felices tiempos en que los dioses vivían en la tierra junto con los hombres, cuando el orden y la justicia gobernaban al mundo. En aquellos tiempos no existía el concepto del mal, y la gran diosa de la armonía y el orden, MAAT, vivía entre los humanos...
Pero cuando surgieron la violencia, la destrucción y las guerras, los hombres perdieron la protección y el amparo divinos. Los dioses dejaron la tierra. El mundo quedó abandonado a su suerte. Desde entonces, Egipto ha atravesado ciclos tenebrosos de caos y desconcierto, pero una vez más, y siempre, Egipto renace, como lo hace el Benu, sagrada ave egipcia, que al morir vuelve a nacer de sus cenizas.
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