Para hablar de la metafísica, es decir, de aquello que está más allá de lo físico, se necesitan elementos que no son físicos, que no son concretos, y ahí vienen en nuestra ayuda los símbolos, en forma de lenguaje gramatical, lenguaje músical, lenguaje matemático, lenguaje teológico... Todos ellos nos permiten expresar y comprender lo inefable.